Por otra parte, cuando los alumnos van a la piscina del gimnasio, son muchos los padres que vienen a ayudarnos a los maestros a secarles el pelo a los alumnos, algo que se agradece, ya que conlleva mucho tiempo, sobre todo cuando se trata de las niñas, y gracias a la ayuda de los padres podemos terminar a tiempo y llegar al colegio a las dos e incluso un poco antes, cosa que si no contasemos con la ayuda de las familias sería muy complicado conseguir.
También me gustaría destacar que los docentes ponen mucho de su parte para que la relación centro-familias sea cercana, para ello, los tutores citan cada trimestre mínimo una vez a todas las familias y les enseña el trabajo de sus hijos, les da consejos, recomendaciones, etc, lo que permite que la relación sea cercana y las familias se sientan en confianza para consultar a los tutores cualquier duda sobre la educación de sus hijos a través de un correo electrónico o una nota en la agenda. Los tutores siempre están a disposición de las familias para ayudarles en todo lo que necesiten y trabajando a tope para garantizar una educación de calidad a nuestro alumnado, algo que motiva a la mayor parte de las familias a implicarse en la educación de sus hijos.
Bajo mi punto de vista, tanto las familias como los tutores tienen mucha suerte de tener este tipo de relación, pues de esta forma alentan al alumnado a seguir progresando tanto en el ámbito escolar como en el personal.
Hay una pequeña minoría de casos en los que la relación con las familias no es tan buena, puesto que los padres no se interesan por el avance académico de sus hijos y no le dan importancia a los deberes, los resultados de los exámenes, las tareas de clase, las faltas, etc, por lo que no suelen tener una relación cercana con los tutores, ya que no ven la educación de sus hijos como algo prioritario y no suelen contactar con los tutores. Por suerte, son muy pocos los casos en los que esto pasa.
Bibliografía.
Foto extraída de google imágenes |
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